Vale la pena  releer las recientes palabras de Javier Solana que, aunque sólo fuera  por la edad y los cargos que ha tenido, parece ser digno de crédito. Ahí  va: "Tenemos que lograr que nuestros investigadores, nuestros mejores  cerebros, cobren tanto como los mejores ejecutivos de finanzas. Hemos de  hacer lo que sea posible para mantener nuestro capital humano. Solo la  educación salvará a Europa de ser el museo del mundo". Podríamos  habernos quedado con la última frase.Otro que se suma al carro de  quienes abogan por la educación como imprescindible. Sólo que, como buen  economista, también mete el dedo en la llaga. Aunque el prestigio no lo  da el dinero, sólo gente con prestigio -salvo los políticos- cobra de  lo lindo. ¿Qué habría que hacer para que los profesores recobraran en  España el prestigio que tiene en otros países? No es cuestión de dinero,  pero ayudaría. Hoy día, un profesor ha de ser experto en casi todo... y  cobra casi nada. A los mejores profesores no es el sueldo lo que  principalmente les motiva, pero tampoco se puede vivir del aire. ¿Se  imagina alguien a un profesor cobrando lo que un ejecutivo de finanzas?  Pues sin el profesor, no hay ejecutivo de finanzas.
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