Ayer vi esta película. Tenía mis reservas al ver el título: es difícil hacer una película sobre una vida de un sacerdote sin que quede o melosa o desfigurada. Lo cierto es que no conocía su vida, y sigo sin saber más que lo que uno ve en la película, que contiene imágenes de la vida real del sacerdote. Al saber que la protagonizaba Mark Wahlberg y que tenía como coprotagonista a Mel Gibson, y que ellos habían pagado todo de su bolsillo, la cosa cambió. Debe de ser buena", me dije. Y no me defraudó. Lamento hacer algo de spoiler, pero será el mínimo: si uno ve el trailer se entera de todo. El protagonista, que acabará siendo sacerdote, es todo un ejemplar de hombre actual: peleado con su divorciado padre, dolido con Dios por la pérdida de un hermano pequeño. Los diálogos son duros, pero realistas, al menos en lo que una película puede dar de sí. Muchas ideas pueden sacarse de la película, pero aquí comentaremos solo una, quizás algo lateral. Compensa verla para tener todo el pane
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