Aunque la mona se vista de seda...

...mona se queda.

Porque los vestidos son para los hombres. Los animales no se visten, porque no van desnudos. La desnudez es propiamente humana. Causaría estupor -y es probable que aproveche esta idea en otros ámbitos- el siguiente diálogo:
-¡Mamá, mira: una jirafa desnuda!
-Bueno, hijo, es que es verano.

Pero, aunque hay mucho que hablar sobre la ropa y la moda y la decencia y la moralidad, no es el tema. 

Se trata de la fuerza que tiene el refrán, y de algunos ámbitos de aplicación muy interesantes. Porque, por ejemplo, la mona del refrán, bien pensado, podrían ser las palabras del lenguaje. Igual que la mona es la mona por mucho que se la vista de persona, la verdad es la verdad, y el matrimonio es el matrimonio, y la virtud es la virtud, etc... Es decir, que uno puede intentar cambiar las palabras (puede vestir al mundo y sus cosas con ropas que no le van), pero la realidad es tozuda y no se pliega ante nuestras apetencias. Si todo un estado americano se pone de acuerdo por llamar "estuche" a los ataúdes, ocurrirá que habrán cambiado una etiqueta que ponemos a una realidad, pero nada más. 
No sé por qué no nos damos cuenta. No basta con cambiar un nombre, por mucho que parezca.
Hasta aquí hemos llegado.

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