¿Por qué leer a Shakespeare en pleno verano de 2014?

¿Por qué meterse a leer ahora Hamlet, Romeo y Julieta, Antonio y Cleopatra, Macbeth, Ricardo III, Julio César, El rey Lear, La Tempestad..., u otras de sus increíbles obras?

Pues mira, por muchas razones...

1. Porque se cumplen 450 años de su nacimiento. Y, por lo visto, aprovechó bastante sus días sobre la tierra, disfrutando y haciendo que otros también lo pasaran bien... ¡450 años después!

2. Porque conviene abandonar de vez en cuando el topicazo de que "¿Shakespeare? ¡Madre mía! Antes me como el cocido de mi mujer/madre/etc." Shakespeare es siempre un experto cocinero que tiene para cada ocasión lo que el cuerpo (el espíritu) necesita: un cocido, un refresco, un buen crepe, un filete grueso, una delicada fruta o incluso una chuchería...

3. Porque en pleno agosto puede uno permitirse el lujo de detenerse y meterse en la vida de otros para aprender cómo vivir la propia.

4. Porque empezó a escribir cuando otros apenas sabían dónde vivían. Y de qué modo. Tiene gracia un video de Sir Ken Robinson en que se intenta meter en le papel del profesor de inglés de Shakespeare. Pues eso.

5. Porque escribió desde el ruedo, desde la calle, desde la compañía de sus actores: no desde su torre de cristal. Por eso llega siempre al lector: como una bocanada de aire fresco, o como una bofetada en toda la cara. Shakespeare percute siempre. Y más de una vez.

6. Porque, a pesar del frescor y cercanía, escribe desde el fondo y sobre el fondo. Es una buena cebolla, con capas y más capas, como el mismo hombre. Descubre al lector quién es y quién puede llegar a ser. No es momento de citar sus maravillosas citas que podrían llenar tratados de antropología. Pero ya quisiera Aristóteles echarse al coleto unas buenas cervezas con él, mientras arreglan el mundo. Y yo.

7. Porque, en épocas en que no había tele ni nada, hizo que al auditorio le llegara todo. Porque sus palabras gritaban y transportaban y adormecían y excitaban y removían. Y siguen haciéndolo.

8. Porque es un helado que no se gasta. Una corbata que no pasa de moda. Un paseo que siempre varía. Un clásico.

9. Porque una vez lo has probado quieres más.

10. Porque, a pesar de que tal vez necesite uno prepararse para otro estilo de escritura, cuando uno llega a él se encuentra a gusto. El teatro tiene sus cosas.

11. Y si no lo quieres, lo dejas.

PD. Recomiendo Ricardo III o Macbeth o El rey Lear, por los tiempos que corren: ambición desmedida, fraude, poder, etc. Un patrón universal de las pasiones humanas desenfrenadas.

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