La bronca (o "Esclavos del iPhone, BB, Samsumg...)

He sacado la foto de un tweet que enlaza con su blog, altamente recomendable: www.paperpapers.net/2012/07/esclavos-del-iphone-en-la-portada-de.html?m=1
Aunque no esté del todo claro si en la foto todo son iPhone (yo tengo uno), lo que sí está claro es que esta imagen es tristemente habitual.
Quiero ahora brevemente referir una anecdotilla que me ocurrió.
Mientras comía unos suculentos Dunkin donuts con tres amigotes en una especie de despedida, oímos -y escuchamos: era prácticamente inevitable- una bronca tamaño puente de un hombre a su presumible novia. Estaban en la mesa de al lado. El chico, rollizo y esférico, se disponía a engullir su donut, pero hacía como que iba a hablar. La chica, por su parte, no paraba de teclear no sé qué en su e-cacharro. Y aquí empezó, y acabó, el asunto: "¿Quieres dejar de una vez el teléfono? Es de mala educación usarlo mientras estás con otra persona". La chica, a todas estas, seguía con el trasto. Supongo que lo dejó al poco tiempo: ya no me fijé.
Conclusión: nos pasa cada vez más que lo virtual nos aleja de lo real, aunque sea también real lo que hacemos con el móvil. Un punto a favor es que las cosas han cambiado. Cuando antes te llamaban por teléfono, pedías perdón y tal vez respondías para decir un breve "luego te llamo". Ahora, se puede hacer lo mismo, y no debería pasar nada. Y a veces sí pasa: porque hay en el ambiente un excesivo tecleo y queremos que nos hagan caso. Ni tanto ni tan calvo, digo yo. La clave está en lo personal: estate con quien estás. Y si tienes que dejar de estar un momento -las urgencias siguen sucediendo-, que sea un momento, y discúlpate. Por ejemplo.
Otra cosa es, además, que los móviles sirven para más cosas que para llamar: puede uno apuntar ideas que tiene, le puede sonar una alarma, etc. Se debe conjugar la discreción del que lo mira, y la prudencia para no juzgar de quien ve que miras. Complicado.
En resumen: las cosas se hablan, y se solucionan casi siempre.

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