"I won't let this happen to my children"

¡Cuántas veces he cantado a media voz esa frasecilla del título: "I won't let this happen to my children"! Que, por si el inglés no cae entre nuestros intereses, traduzco: "No dejaré que eso suceda a mis hijos". (O, como en otras ocasiones hemos traducido con mis amigos. "No permitiré que ocurra tal a mis retoños").


Es un verso de una canción de Radiohead, ni más ni menos.

La versión más instrumental, que tal vez guste más: http://www.youtube.com/watch?v=1rRXGNgiaAU 

Quería decir, solamente, que me parece una bonita definición de una gran parte del deber de  los padres. "No dejaré que eso ocurra a mis hijos".

Por supuesto que luego está la libertad.
Pero es de buen padre intentar que los hijos no sufran. Y miente el que diga lo contrario. Tres cosas, sin embargo:

   a. Una manera -la mejor, tal vez- de intentarlo es educarles para que libremente eviten esas situaciones, cualesquiera que sean.
   
    b. Una manera -la peor, tal vez- de intentarlo es meterles en un bunker y esconderles del mundo real. A eso, precisamente, se refiere la letra que sigue. Y eso que Radiohead no son precisamente padres de la Iglesia.
    
    c. Algún padre dirá: "que se pegue el tortazo, que le irá bien". ¿Lo ves? "Le irá bien": lo que se busca con el tortazo es su bien. Lo cual acota bastante el tortazo. No es lo mismo una caída de un metro que un accidente a 250 km/h sin carné.

Lo dicho: el amor a los hijos hay que vehicularlo entre la libertad y la restricción: el control descontrolado. La educación es un arte.

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