Arnolfini visita Luxor reencarnado en un adolescente chino (o "Hasta aquí hemos llegado")

No sé si es trending topic. Y, a decir verdad, me importa medio pepino. La cosa es el esperpento que rodea a toda la acción.

A un adolescente que responde por el nombre de Ding Jinhao (posiblemente, no responda por ese nombre. O, mejor dicho, responda de mala manera a todos y por todo...) se le iluminó la cabeza y, en un acto incomprensible para un servidor, demostró que algo huele a podrido en China... y el mundo, en general.
El buen tontín ricachón se acercó a esos relieves de más de 3000 años que decoran el mundo desde Luxor, y escribió, en siete caracteres chinos: "Ding Jinhao estuvo aquí". Bien. Por lo visto, han entrado en la web de su colegio y han escrito las mismas palabras del chico.

Los padres, una familia acomodada de Nankín, tuvieron que disculparse públicamente en un diario local. 

Pero lo mejor son las palabras de sus padres, disculpándose por la actuación de su chico de 13 años: "No hemos hecho bien nuestro trabajo. No le hemos dado una educación suficientemente buena". Eso dice el padre. La madre, por su parte, añadió que "desde la infancia le llevamos de viaje. A menudo veía casos similares, pero no pensé en decirle que no debe hacerse. La capacidad de los niños para imitar es muy alta".

Quisiera hacer unas cuantas consideraciones, algunas de ellas jocosas:


  1. Me imagino que Luxor y ricachón tienen que ver.
  2. Supongo que han despedido a los de seguridad que "vigilaban" la zona. O que el vándalo pintor escribe a todo correr. O que sus padres no están demasiado encima del chaval.
  3. Poner su nombre allí...demuestra que el chiquillo tiene un ego como la copa de un pino. No arriesgo mucho al decir que no es el primero que visita esos monumentos.
  4. Curioso: los padres que no dicen al niño lo que no debe hacer, acaban diciéndolo al mundo entero, y echándose estiércol en el propio tejado.
  5. Me imagino que el chico debe ir a un colegio caro (iba a decir un buen colegio, y tal vez lo sea). Lo cual demuestra que el colegio es secundario: la familia es la primera y mejor escuela.
  6. Supongo que el chino adolescente quería imitar a Jan Van Eyck, ese pintor absolutamente genial... Y le dio un arrebato. En su famosísimo cuadro -y no sin razón- "El matrimonio Arnolfini", Van Eyck escribió esas mismas palabras: "Johannes Van Eyck fuit hic"; es decir, Jan Van Eyck estuvo aquí. Pero, claro, no estuvo ahí con un pardillo treceañero que destroza una maravilla... sino como quien pintó el cuadro. 


Por cierto que eso de pintar encima de otras cosas, me suena. Sonrojo.

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