A veces uno oye o ve varias cosas similares en días cercanos entre sí. Y las une.
Me pasaron unas cuantas cosas cosas.
1. Vi una camiseta. Aunque la foto del post no es la que vi por la calle, sí es verdad que me crucé con un chico que la llevaba estampada allí. Y era todavía mejor: "your life is now"... Tu vida (y no la vida en general) es ahora.
2. Hablando con un amigo, salió el tema de nuevo: que si el futuro es preocupante, etc...
3. Me acordé de la película "El gran salto", de los hermanos Coen. La industria Hudsucker tiene como lema "The future is now".
4. Y de Kungfu Panda, ese peliculón para reírse a carcajada limpia. Ahí se explica por qué al día de hoy se le llama presente: porque es un regalo.
5. A la que uní, finalmente, una frase de un santo:
"Pórtate bien "ahora", sin acordarte de "ayer", que ya pasó, y sin preocuparte de "mañana", que no sabes si llegará para ti".
El punto 253 de Camino. De San Josemaría.
Es un gran mensaje. El futuro es importante, pero no es ahora. Ya vendrá. O ya iremos hacia él. Si te agota, no le des tanto peso. El ahora sí importa y es, como repetía Kungfupanda, un regalo. Así hay que tomarlo, con actitud abierta a lo que hay aquí y ahora.
Muchas cosas dependen —en educación, muchísimas— de saber ver en su punto la importancia que tiene el pasado, el presente y el futuro.
Por eso, no conviene obsesionarse con los errores del pasado: lo que uno hizo mal: "jamás lo harás bien: eres así. Como tu padre".
Ni petrificarse de miedo tampoco con el futuro, negro como parece estar. Vender el presente por el futuro es una opción educativa, pero compensa educar al chico en el ahora. Por ejemplo: en el futuro necesitará el inglés, pero ahora tiene cinco años, déjale disfrutar un poco y pegar patadas a un balón. O a una piedra.
Como siempre: el punto medio. No en vano la prudencia exige que uno consulte lo que hasta el momento ha sucedido (el pasado), vea lo que hay en el momento, y considere las consecuencias (futuras). Digo "consulte" y no "se encadene": es una gran falta de prudencia no decidir y actuar por falta de arrojo. Por cobardía, vamos.
El futuro que cercena la acción no es futuro: es cárcel.
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