Los jóvenes, la Iglesia, y la guerra civil

Dice Francesc-Marc Álvaro en su artículo del 1.XII que "sería sano para todos los ciudadanos, empezando por los católicos, que los obispos catalanes -cuya perspectiva suponemos diferente a la de Rouco- dijeran algo sobre la necesidad intelectual y ética de conocer la historia". Me gustaría decir algo al respecto porque parece que no se sigue aquello que sostenía Hannah Arendt: que es necesario distinguir para comprender. El artículo pone a todos en el mismo saco. Fíjense. Primero, sostiene sin dar razón alguna que algo "sería sano para todos", cosa que ya nadie se atreve a sostener. Y menos sin un mínimo silogismo. Por no decir nada de la ¡"necesidad intelectual y ética"! Segundo, afirma que, sobre ser así, sería bueno empezar por los católicos, con lo que ya está eligiendo por los que lo somos en materias que no tienen nada que ver con el hecho de serlo, cosa que no parece entender. Tercero, habla de los obispos catalanes, como si eso importara mucho. ¿Católico catalán y católico español, cosas distintas? Yo pensaba, con un mínimo de griego, que católico era "para todos". Parece mentira, pero se olvida de la libertad personal: cada cual piensa lo que quiere, sea católico o no. Si uno tiene fe, entonces cree, que son cosas diferentes, aunque con conexiones. Nadie me dirá qué debo pensar. Como mucho, me recordarán que debo perdonar.
En conclusión: se mezclan indiscriminadamente religón y política desde el principio. Y, opino, es ésta la manera de pensar que generó y genera ciertos conflictos lamentables. Me parece más prudente hablar con mesura de los temas serios.

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