Sobreinformación

Ayer estaba tomando un refresco, no diré la marca, con un amigo y nos reímos un rato. En la lata, miles de datos en principio técnicos apabullan al consumidor, al parecer cada vez más desconfiado del producto. O más necesitado de información. Por nuestra parte, no nos hacía falta: sólo el fresco líquido. Pero nos paramos a leer algo de lo que decía. Por supuesto que tiene sentido decir "Sodio: 0 g", porque parece ser que esa substancia puede dañar. Pero, por esa regla de tres, tendrían que poner también "Cianuro: 0 g", "Ácido sulfúrico: 0 g". Ya, ya. Es absurdo, pero nos hizo pensar sobre lo ya dicho: la desconfianza y la complicación actual. A mi abuelo, y a mí, nos basta con un "bebida refrescante", porque confío en que no pondrán substancias tóxicas. Estaría bien volver a esa manera de pensar, y de vivir. Opino.

Comentarios