Le debo a Juan Pablo II, a quien ahora pondrá la Iglesia como modelo  público para toda la cristiandad, una de las frases que más me ha  ayudado en mi vida y que más echan de menos los habitantes del S.XXI. Y  más en concreto, los jóvenes. Lo puedo constatar en cada entrevista, en  cada programa en que aparece un joven, en cada telediario...  Es no la  base de su pensamiento y vida, pero sí la puerta por donde entrar. Ahí  va: "Non habete paura", no tengáis miedo. Ya lo sé: su frase seguía con  "de abrir de par en par las puertas a Cristo". Pero empezaba así, y es  lo que hoy día nos detiene. No tengas miedo: ni de ti mismo,aun en los  peores momentos; ni de aspirar a cosas grandes, ni de tus decisiones,  que pueden ser equivocadas: quien no actúa, se equivoca dos veces; ni de  los demás, ni de la sociedad, que puede llegar a decepcionar a diario.  ¡Adelante: audacia, optimismo...! Así, sin miedo y con esfuerzo, fue  como cayó el muro y lo que representaba: Juan Pablo II barrió el miedo  que había sembrado el régimen soviético, y devolvió la autoestima y la  audacia a muchos polacos, católicos o no. Y a muchos jóvenes.
 
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