Peret y la inteligencia emocional


Hace ya un tiempo que tengo la sospecha de que, como dice la Biblia -ese clásico-, "nada nuevo bajo el sol". El hombre conserva el mismo manual de instrucciones desde que comenzó a ir erguido. No cambian, por ejemplo, las cosas esenciales en materia de comportamiento, tanto individual como social. Lo que ocurre es que buscamos vestirlas y remozarlas con palabras de moda, novedosas y frescas. No está mal, mientras no olvidemos que otros lo hicieron antes, con otras palabras y otros modos. Y, a veces, con mucha más pegada. Me venía a la cabeza todo esto el otro día, mientras iba con algunos de mis hermanos a ver a mis padres. Estábamos escuchando una canción que, a su modo, es ya un clásico de la rumba: Peret en estado puro. Entre palmas y rasgar de guitarras, una frase demoledora: "Si eres tan inteligente / que nadie puede entenderte, / enfadarte con la gente / No sirve de ná". Directo a la cabeza y al corazón. Palabras claras y cantadas, con el tono exacto que da una lección pero no humilla. Bueno. Además, a eso que señala Peret se le puede llamar, en parte, inteligencia emocional: esa expresión propia de nuestros días que recoge, como se ve, algo que ya sabia el bueno de Peret. Que cada cual saque sus consecuencias. Es cuestión de poner la oreja. 


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