Ser consciente

Ser consciente de sí mismo. Es propio de los hombres, aunque a veces perdamos naturalmente esa conciencia. Durmiendo, por ejemplo, y de demás modos. No voy a meterme en ese berenjenal.
Lo que quería remarcar es una coincidencia: que en algunas de las últimas Contras de La Vanguardia se puede leer la importancia de la conciencia de sí como algo propiamente humano. Y son dos Contras muy diferentes.
Una, de un físico mótar (de 70 años, del MIT) que explicaba que si no sabes el porqué de lo que ves, si no eres consciente de lo que ves, no ves tanto, no eres tan libre. Interesante: el conocimiento como método de ser consciente del mundo en que uno vive.El conocimiento como uno de los modos de vida propio de los hombres.
Otra, la Contra del bailarín que aseguraba que los futbolistas bailan y que el hombre baila, y el animal, no. Sobretodo porque bailar es dos cosas: bailar y saber que se baila, ser consciente de ello.
Frente a esto, el atontamiento actual que nos produce la descarga masiva de fotones: la tele, el móvil, etc. Conviene volver a la conciencia de sí mismo, porque la conclusión es demoledora: si no sabes que vives, no vives tanto, no vives. Vivir a conciencia, saber que estoy viviendo y qué hago con mi vida. No está mal.

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