El fútbol y las prioridades

Me hizo mucha gracia. Y mucha ilusión. Todavía somos humanos. Pero vamos a ir por partes.
Ayer, después del partido de la Copa del Rey, en el programa que veíamos se permitía enviar sms a los oyentes. Efectivamente, al cabo de un rato, fueron apareciendo en la parte inferior de la pantalla, a la vez que el presentador hablaba. Mensajes de un forofismo descomunal. Pero poco a poco apareció el hombre de la calle. A los primeros "Visca el Barça" o "Pep, ets el millor" se pasó a los "Barça etern. Maite, t'estimo" para acabar en los genuinos y sanamente publicitarios "Mercè, t'estimo" o incluso "Vanessa, anem a dormir ja?" del tipo al que tanto Barça empezaba a cerrarle los ojos...
Son tonterías, en apariencia, pero podemos tirar de la cuerda y ver qué hay.
Para empezar: las ganas de mostrar públicamente que uno está comprometido y que su amada es la más hermosa. Los medios han cambiado, pero el fondo no cambiará: de rasgar corazones e iniciales en los árboles o pintar con spray los propios amores en las calles, se ha pasado a publicarlo vía SMS en un programa de la tv que está viendo medio mundo. Lo de siempre. El amor no es algo meramente privado: por eso el matrimonio necesita testigos, y las aventuras extra matrimoniales buscan que no los haya.
Otra: el bien sigue siendo difusivo por naturaleza, y el hombre, un imitador de las cosas buenas. Si llega a durar más el programa, seguro que habríamos podido pensar que se trataba de todo menos de celebrar una victoria futbolística.
Tercera, que se deduce de esas: el hombre siempre ha tenido, aunque sea inconscientemente, un orden de prioridades. Primero, lo que me toca de cerca; y luego, lo accidental. O sea: primero, las personas; y después las aficiones.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
És per mi un honor fer-te saber que t'ha estat atorgat el premi Liebster Blog. Ves a Soma per saber de què va... Felicitats, Jose!