Tú no tienes recambio

Te lo recuerda el cartel luminoso que ha puesto la Dirección General de Tráfico. Y es un placer que lo haga, a pesar de la distracción. Ninguno de nosotros es copia: somos únicos. Queridos individualmente por Dios, añade la Iglesia católica (añadido no menor, por cierto). Por eso, la creatividad es en primer lugar, la obra de arte de mi propia vida. Por eso, cada cosa que hacemos es única, también. Y a todo esto se puede asentir con una comedida sonrisa, o con luz en los ojos. No hay más vida que ésta, aunque siga -en su segunda parte- en el otro lado. Se trata de caer en la cuenta de que no hay más yo que yo.
(Pues mira, ayer mismo me lo decía un amigo en broma: "pues en otra reencarnación, la ves". )

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