¿Triángulo o cuadrado? Conocimiento y educación


He leído en un tweet la siguiente declaración de intenciones: "Triángulo mágico del conocimiento. Un Maestro dispuesto a enseñar, un conocimiento para mostrar y un alumno motivado a aprender". Bravo. Sólo añadiría a ese triángulo un lado: algo que está implícito y que pocas veces se atreve uno a sacar a la luz. La primacía de la verdad en ese proceso de conocimiento. Y de una verdad objetiva y segura. Si el relativismo total -remarco el "total"- campea por los colegios y universidades, se acabó el conocimiento. Y el proceso educativo. La verdad es relativa, pero no del todo, ni a cualquier cosa. Decía Agustín de Hipona, San Agustín, que la verdad es lo que es, lo que las cosas son. Ni más ni menos. No es simpleza. Es intentar decir lo que hay. Aunque Pepe diga A, no es verdad: es B. Así de simpel. Y eso no quita que a veces no sepamos muy bien lo que hay. Eso ya es saber algo. Se atribuye a Tomás de Aquino, Santo Tomás, la frase siguiente: "No conocemos con totalidad ni la esencia de una mosca", para dejar claro que nuestro conocimiento es imperfecto. Pero es conocimiento.
La ciencia se solía definir como conocimiento cierto por causas.  A eso me refiero. Y, también, a llamar "opinión" a lo que es opinión. La verdad en lo opinable consiste en ser opinable. Pero no todo es opinable. Ambas cosas son importantes.
Total, que bravo por la frase triangular, y ojalá sigamos teniendo -los hay- maestros y alumnos como los citados.

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