Ernst Gombrich (Un poco de aire fresco para los profesores)

¡Qué diferencia entre los hombres y los patos! Ellos salen del huevo programados: unos pasos vacilantes, y ¡al agua! Y a comer y a dormir... Y así se les pasa el tiempo biológico... hasta que se mueren.
Los hombres tenemos otros horizontes, otros afanes: somos animales (y, en ocasiones, peores que los animales... precisamente porque no somos sólo eso), pero de un modo muy peculiar. Animal racional, dicen.
Introducción necesaria a la frase que me envía un amigo, maestro, que está disfrutando de su profesión, y logrando que sus alumnos disfruten de la suya.
Ahí va: 
“... es una crueldad bárbara privar a nuestros jóvenes de la energía y de la inspiración que pueden encontrar, durante toda su vida, en el contacto vivificante con las obras maestras del arte, de la literatura, de la filosofía y de la música” (Ernst Gombrich)
He puesto un enlace en el nombre, por si alguien no sabe bien quién es Sir Ernst Gombrich. Sí, es un Sir. Y merecidamente.
Un dato, tomado de la Wikipedia:
"Su Historia del arte, publicada por primera vez en 1950 (contemporánea a la obra de Arnold Hauser, Historia social de la literatura y el arte), fue ampliamente difundida, ya que es un texto de divulgación (en 2005 alcanzó su 16ª edición en inglés). Originalmente dirigida a lectores jóvenes, se han vendido millones de ejemplares y ha sido traducida a más de 20 idiomas."
 Lo digo por muchos motivos. Alguno de ellos.
-Que está muy bien lo numérico y lo cuadriculado... pero tiene que haber un poquillo de vida en toda enseñanza. Por cierto que, la mayoría de artistas que hicieron obras de arte no era, ni mucho menos, cuadriculado y numérico. De ahí que el adjetivo "artista" sea a veces como insultante, como un sinónimo de tipo peculiar, raro, excéntrico...
-Que la exactitud y su búsqueda estresante mata al hombre en muchas ocasiones.
-Que los currícula (plural de currículum) y las temporalizaciones matan, en muchas más ocasiones, a los profesores... (cansados de sí mismos) y a los alumnos. Avanzar a toda velocidad por las oraciones simples, compuestas, yuxtapuestas, y ahora un dictado, y ahora una redacción y un poema... es la manera de (eso sí) cumplir* y de que todo resbale.

Ojo, que es necesario. Pero ojalá hubiera tiempo para más. Y lo hay.
No es este un post negativo. Es positivo: da pistas reales, de las que sirven. Hay que quitarse de encima el peso insoportable del número por el número. Se trata de ver alumnos con nombres y apellidos. Y de que aprendan. 

-Iluso

Lo que quieras. Pero yo he visto profesores que lo logran. Habrá que ver cómo lo hacen.



*Recuerdo (no es literal, pero bastante) el desahogo de un profesor universitario. "Mira, yo no voy a subir en el escalafón académico. Si lo hago, se acabó dar clases. Me tocará asistir a congresos a los que no va nadie, y en los que se tratan temas tan concretos y tan aburridos que no interesan ni a quien diserta sobre ellos. Los profesores tienen que hacer tanta burocracia para poner las notas, que ya ni compensa ponerlas. Yo prefiero ser un profesor normalillo, pero que enseña a leer a sus alumnos. No saben ya ni pronunciar las palabras en voz alta. Ni las entienden". Ahí lo dejo.

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