Me llegó un mail. De una compañía de almacenamiento de datos, según tengo entendido.
Decía, en inglés:
"Your mom lied: you don't have to work hard to get what you want."
O sea:
"Tu mami mintió: no tienes que trabajar duro para conseguir lo que quieres".
No está mal la mentirota. La del anuncio, claro.
Quería comentar dos cosas concretas. (Y lo he hecho ya a muchos adolescentes, a estas alturas de la vida, gracias a Dios).
La primera, tomada de un tal Thomas Edison.
(Digo "un tal" cínicamente. Por más que haya quien no le conozca ya, inventó más de mil cosas. El coche eléctrico, sin ir más lejos, hace 112 años. O la bombilla incandescente. O el fonógrafo).
Es suya la frase:
"el genio tiene un 1% de inspiración y el 99% de transpiración".
Y también la de la foto que he colgado, muy buena.
Segunda, me ha encantado el papel que se le otorga en esta hipercampaña de supermárketing a la madre. Las madres siempre dicen ese tipo de cosas.
O sea: no el colegio, ni la sociedad. O no solo ellos.
O sea segundo: las madres —y padres— deben decirlas de hecho. Mala cosa unos padres que no exijan a sus hijos.
Además: la madre tiene razón. El éxito rápido suele desaparecer rápido. Y, aunque no lo haga, hay éxitos más duraderos, que valen más la pena, que no se consiguen rápido: tener un buen carácter, por ejemplo; o una buena pareja, o tantas otras cosas, que tan a menudo no son cosas.
Todo eso sugiere la frasecilla, como mínimo.
Hala, a trabajar.
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