Riqueza en la cabeza

Ya hace tiempo que vi esta pintada, aunque fuera en internet. 
Lo cierto es que no hace falta decir mucho más.
Pero la usaremos de trampolín.

Decía Madre Teresa de Calcuta —mujer cuya vida de servicio entre los más pobres de los pobres le da derecho a hablar de lo que quiera al respecto— que hay pobrezas peores que la económica: la intelectual, la moral, la espiritual. Y la más dura y limitante, la de los hombres sin Dios: pobreza íntima en lo más profundo y escondido del corazón, por falta de Quien es capaz de llenarlo. 

Aprovecho su idea y aquí la dejo:
La mayor enfermedad de Occidente hoy no es la tuberculosis o la lepra; es no ser querido, no ser amado y que nadie se preocupe por ti. Podemos curar las enfermedades físicas con la medicina, pero la única cura para la soledad, la desesperación y la falta de esperanza es el amor. Hay muchos en el mundo que mueren por un trozo de pan, pero hay muchos más que mueren por un poco de amor. La pobreza de Occidente es un tipo distinto de pobreza: no es sólo una pobreza de soledad, sino también de espiritualidad. Hay un hambre de amor así como hay hambre de Dios.

Que cada cual vea. 

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