Músculo moral

¿Puede un hombre ser feliz sin virtudes? Y ¿son más libre si las tengo? Ahí van dos preguntas serias. Y dos respuestas.

El hombre es capaz de lo peor, pero también es capaz de dar su mejor versión en la dificultad. ¿Por qué es así? La respuesta tiene mucho que ver con la libertad. La libertad es un término análogo, tiene diferentes definiciones, pero cada una de ellas están relacionadas. En este caso es la libertad como "músculo moral" la que es más apropiada para entender esta cuestión. La libertad moral no es innata, no nos viene nada, se adquiere haciendo el bien y se pierde con la práctica del mal. Es por esta razón que si llevamos una vida donde tenemos el bien como hábito, en la dificultad, ese valor y valentía nos saldrá de forma más fácil. En cambio, si nos acostumbramos a hacer el mal ese "músculo" se debilitará y entonces seremos capaces de cometer grandes perversiones. En conclusión, ser el mejor o el peor animal lo decidimos nosotros mismos con nuestros actos. 

Así lo dice uno de mis alumnos de 1º de Bachillerato. Se lo he robado. (Y le he puesto un 10 de su final).

"Las virtudes fortalecen la capacidad humana de posesión del bien, y en ese sentido también forman parte del bien, son buenas; por tanto, son imprescindibles para completar la consideración psicológica del tema de la felicidad. (...) Las virtudes morales fortalecen la voluntad: son hábitos perfectivos de la voluntad y, por serlo, fortalecen la capacidad de amar; en cambio, los vicios empobrecen la voluntad, la estropean, y por tanto disminuyen la capacidad de amar. Por eso, el que tiene vicios no puede ser feliz, o lo es muy poco porque puede amar también muy poco."

Y así lo dice Leonardo Polo, uno de los más importante filósofos del s.XX y XXI (tiempo al tiempo)  en su "Ética. Hacia una versión moderna de los temas clásicos".

Si ahora relees los dos textos, verás por qué quien piensa bien acierta, tenga la edad que tenga.

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