¡Viva la madre que parió a esos médicos! (La teoría, la técnica y la práxis, de la mano otra vez)

De vez en cuando uno lee cosas impresionantes. No las llamaremos milagros de la técnica, que no nos gusta usar esa palabra —milagro— en vano. Los hechos, según el diario
"Cirujanos de un hospital francés operaron con éxito a un feto con una grave malformación cerebral mientras aún estaba en el útero de su madre, un éxito ya replicado por un equipo estadounidense, anunciaron los hospitales de París el viernes 16 de junio. “ Una malformación aneurismática de la vena de Galeno fue tratada mediante embolización in utero ” en septiembre de 2022, informó en un comunicado de prensa la AP-HP, organización de la que dependen los principales hospitales públicos de Île-de-France"

¡Qué maravilla es el uso de la técnica para fines absolutamente humanos: cuanto más personales e inútiles o minoritarios, mejor!
Expliquemos —yendo al grano, eso sí— esta última declarada, no sea que alguno pierda pelo. 
Resulta que, tras esa operación, se esconden dos grandes verdades, que muchos negarían en teoría, y que las horas que los cirujanos gastaron para llegar a tan buen puerto, sin embargo, afirman. 

Primera: dedicamos tanto esfuerzo y atención porque vale la pena. Una persona lo vale. Vale todo el universo. Por un solo individuo habría que hacer eso. Siempre. (Aquí podríamos añadir toda la teoría filosófica-teológica que quisierámos, pero no hace falta).  Luego están los limitantes: no llegamos, no hay médicos, no hay dinero, no hay subvenciones.... (Apunto entre paréntesis que me parece que dinero, sobra: se trataría de que los filántropos ricos-ricos lo usaran también en estas cosas... y no solo en comprar equipos de futbol. Se me ocurre una tontería: todos y cada uno de los céntimos ganados en los clásicos de 2023-24, destinados a investigación médica). 

Segunda: ese individuo, que lo es y así lo consideramos, es un feto. Digámoslo de nuevo: el feto es persona. "Feto" es un estado temporal de la persona, por el que todos, por cierto, hemos pasado. 

En resumen, una buena teoría —usar la cabeza para saber que el hombre es persona desde el primer momento, sea cual sea— puede llevar a usar la técnica siguiendo una praxis médica impecable: de modo prácticamente (éticamente) bueno.

Bravo por esos médicos.





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