Obsesión económica

Dorothy Sayers, increíble escritora. Conversa. En un libro de sugestivo título –"Empezar aquí"- que de momento me he de contentar con citar de una fuente externa, se refiere con palabras más que sensatas a la crisis que en su tiempo sufrían: inicios del S.XX y gran crisis económica. Habla de la gran Obsesión Económica. Así, con mayúsculas. Su queja surca el libro entero. Argumenta que haber llegado al estadio final del hombre económico, cosa que parecía un progreso, no es más que una regresión a lo primitivo, a la satisfacción de las necesidades más primarias. Siete fases distintas son las que, a su modo de ver, nos han llevado a esa situación. La Europa Medieval aceptó unánimemente –y pensó, en su grandes intelectos: Tomás de Aquino y compañeros mártires– al hombre como hombre eterno. Más tarde, el Renacimiento lo llamó hombre humanístico, a lo que siguió el hombre racional (o Racional), el hombre biológico, el hombre sociológico (y la masa), el hombre psicológico y, finalmente, el hombre económico. Y en esas estamos. Tal vez deberíamos empezar a saltar hacia atrás, o , ¿por qué no?, volver a empezar desde arriba. Nada nos lo impide.

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