El día de los enamora-dos

Quisiera hacer una doble consideración, sin destrozar lo bonito del día con un ladrillo mental.

1. El domingo pasado disfruté de la prehistórica "La jungla de Cristal II", ese condensado de músculos, acción y frases míticas. Me quedo, visto el día de hoy, con una escena y su diálogo. John Mc Lane (el inmortal Bruce Willis) lleva un buen rato hablando desde la información del aeropuerto. La recepcionista le escucha, embobado por su cara y su personalidad. Mc Lane le pide un fax, que ella, sin apenas pestañear de emoción, le da. Al acabar su llamada telefónica, la chica -joven, también- empieza el diálogo con un tentador "Acabo de trabajar de aquí a una hora...". Pero John Mc Lane está casado: comprometido. Y ahí enmarcamos el gesto y la frase. Acariciando su anillo, lo muestra para que la chica lo vea y, sonriente, le reponde: "Sólo el fax, encanto, sólo el fax". Su mujer y él siguen enamora-dos: y tres son multitud. Una lección de lealtad como la copa de un pino.

2. "¿Cómo podemos vivir sin estar enamorados?", se preguntaba un buen hombre. Ya se ve que es una pregunta más que retórica. Pero si la respondemos, tiene fácil respuesta tiene: amargados.
Pero es que el amor -y la amistad, que es uno de los tipos- es un milagro: dos libertades que se encuentran en un sí, a base de muchos noes personales. Y es una sorpresa, porque es el paso de algo casi físico -el enamoramiento- a algo consciente y personal: el amor. Yo me doy y el otro se me da. Así funciona. 
La pregunta, por cierto, se la hace San Josemaría Escrivá delante de un auditorio de jóvenes y no tan jóvenes, solteros y casados, en el año 71, a sus 69 años. Un enamorado del Amor, como decía de sí mismo.

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