Esta vez será Dostoyevski quien nos dé una lección con motivo de La Ilíada.
Dijo de ella que "confirió a la ordenación de la vida terrestre y espiritual del mundo antiguo una estructura semejante a la que dio el cristianismo al mundo moderno".
O sea, que fue un libro capaz de plasmar -y educan en ella- una cosmovisión.
Es decir, una visión unitaria de la realidad que engloba una comprensión concreta y conocida de Dios, el hombre y el mundo, en una interrelación más o menos compleja. Cosmovisión, por cierto, que poco a poco fue derogada por el cristianismo.
Basta leer esa gran epopeya para verlo.
(Por ahora, estoy con las batallas entre hombres y dioses... Un espectáculo de imaginación, sangre a borbotones, y literatura)
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