(No sé girar la foto. Da igual).
La cosa es que, en La Vanguardia, aparece Elle Macpherson. Y, al lado, el titular: "un cuerpo con mucha cabeza".
Muy bien. Me han dado servido sin coste alguno la definición no sólo de machismo, sino de algo peor: deshumanización, cosificación. En el momento en que una persona pasa a ser un cuerpo, ya es una cosa.
Cuando uno despersonaliza a una mujer (o a un hombre) aparece el mero cuerpo, y, entonces, una está para comérsela, como si de una magdalena se tratara.
Y, ojo, porque puede ser una misma quien se despersonalice. Mi cuerpo como material de trabajo. (¡Como si mi yo pudiera separarse de él, aun no coincidir con él!).
Ya puse este diálogo ficticio hace tiempo. Pero no está de más. Hágase el lector a la situación. Dos hombres ven pasar a una chica por delante. Uno dice:
-Vaya culo.
El otro reacciona, porque estaba mirando al suelo, y al ver de qué habla, añade:
-Es mi hermana.
Y aquí se acaba el diálogo. O no, dependiendo del nivel de animalización de los dos atontados. Yo lo dejaré aquí, porque ya se ha entendido.
-Exageras -dirá alguien-. Se trata, como dices, de periodismo.
Y así nos va.
Comentarios