Lecciones (que podemos sacar) del Coronavirus

Mucho se ha escrito ya -y muy sensato- sobre estos días. Por si ayuda en algo, ahí van estas ideas, más bien breves. 

Somos quienes somos, y una situación extrema -y esta lo es, sin duda- es capaz de mostrar nuestro verdadero yo a nosotros mismos y a los demás. No hay que asustarse. Es una ocasión para crecer en lo que uno pueda. 

A ver si podemos hacer un razonamiento simple: 

a. La paz es la tranquilidad del orden, decía san Agustín.
b. El orden es la recta relación de las partes de algo o alguien según por su manera de ser. 
c. Somos lo que somos: personas humanas, con nombre y apellido. 

Conclusión: para vivir en paz estos días (y siempre), solo hemos de tratarnos con orden: según lo que somos. 

Cuando un profesor -y eso soy yo- piensa en orden, le viene a la cabeza una palabra: horario. 
Pero no quisiera ser simplista, así que no voy a serlo. Si he usado el pequeño razonamiento es para ahora aplicarlo a nuestro horario, porque -y ahí va la idea fundamental- ...
es buena idea tener -con ayuda o no- un horario que abarque todo lo que somos
Pero resulta que no somos una piedra, sino una persona humana. Eso significa que tenemos varias dimensiones: partes que, sin poderse dividir de modo material, son distinguibles con la cabeza. 
Y cada una de ellas tiene una buena y una mala manera de funcionar. 
Sobre cuántas y cuáles, hay diversas maneras de ver. Y aquí usaremos una.
Del orden de cada una, y de todas entre sí vendrá la paz estos días y siempre. 

Para acabar ya, por tanto, unas ideas para ordenar (sacar fruto bueno) de cada una de ellas: 

Dimensión Física: Moverse. Hay mucha maneras muy originales. Desde andar deprisa, hasta pintar una habitación, pasando por mover muebles. He obviado las obvias: streching o estiramientos, flexiones y abdominales, y, si hay suerte y jardín, correr por el jardín. Algo de esto cada día. O casi cada día.

Dimensión Emocional. Expresar -con mesura y educación- los propios sentimientos. Y ser empáticos: captar los de los demás e intentar entenderlos. Habrá momentos, como dice la Biblia, parar reír, y para cantar, y para llorar, y para estar de bajón por un cansancio. El consejo: pasarlo bien y reír (que el buen humor ayuda hasta a las defensas del cuerpo) y, cuando no se pueda, sonreír. Y, si no es uno capaz, llorar, que no es malo. Gracias, perdón, ayúdame: la fantástica tríada emocional que podemos usar cada día. Y, que no se me olvide, ¡cantar! Karaoke, cuanto antes. En youtube hay mil canales.

Dimensión Racional. Aprovechar el tiempo para pensar. Solo (leyendo, por ejemplo), o con los demás (hablando con ellos sobre algo de nivel: un documental, una película con fondo, un libro...). Al final de todo, añado una lista muy personal de libros que me han gustado últimamente. Que aproveche. Sobre películas (Le Mans 66) o series (Chernobyl: buenísima) hay mucha lista por ahí muy buena: ojo que conviene afinar antes de ver, que no todo descansa. También para aprender idiomas o hobbies. Y para trabajar en lo profesional: estudiantes, a estudiar. 

Dimensión Social. Hablarse: escucharse, mirarse, decirse las cosas. Llamar a la gente querida. Preguntar qué tal les va. Decir qué tal le va a uno. O no decir gran cosa, que es una gran cosa ya: "te llamo para decirte que te quiero", como cantaba el amigo Stevie Wonder

Dimensión Trascendente. La tenemos. Cada cual a su manera lo sabrá ver. Si no eres capaz, es señal de que la tienes: estás buscando algo, cosa que solo hacen quienes están hechos para hacerlo. La sed es, en algún sentido, pista clara de que el agua existe; del mismo modo, como dice Pascal, el deseo e Dios lo es de Dios mismo. La cosa está clara: aprovechar estos días (y siempre, en verdad) para rezar: ponerse ante Dios -uno que es Padre que ama- como uno está en ese momento. Y callar. O hablar (y pedir perdón, y dar gracias, y pedir cosas: por los difuntos y los enfermos y los políticos y los médicos y sanitarios). Y examinarse -eso ya lo hacían los Pitagóricos, que no eran cristianos- antes de que se acabe el día: ¿qué tal he vivido hoy? Y, ojalá, pedir perdón antes de irse a dormir. Y así dormir más tranquilos. 

(Si uno no tiene religión, trascendente es también pararse y contemplarse como uno es: finito en parte, e infinito en otra. No es mala cosa considerar la muerte estos días: la de gente ajena, la de gente cercana, y la propia.)


Para acabar, una cita de Pascal, ese sabio matemático, físico, filósofo, teólogo y buen hombre:

Una vez hubo en el hombre una verdadera felicidad de la que ahora le queda solo la marca y la huella vacía que en vano intenta llenar con todo lo que le rodea, buscando en las cosas ausentes la ayuda que no obtiene de las cosas presentes. Pero no encuentra nada apropiado, porque el abismo infinito solo puedo llenarse con un objeto infinito e inmutable, es decir, solo con Dios. 


La lista (nada intensiva: las hay por ahí y muy buenas). Aprovecho una que tenía ya hecha.


  1. C.S. Lewis: 
    1. "Mero cristianismo"
    2. "Los cuatro amores"
    3. "El problema del dolor".
  2. John Fante, "Llenos de vida". Muy bueno.
  3. Alejandro Dumas, "El conde de Montecristo"
  4. A. J. Cronin, "La ciudadela". Primeros pasos de un medicucho. Brutal.
  5. F. Dostoievsky, 
    1. "El idiota", brutal y larguísimo, gracias a Dios. 
    2. "El jugador", brutal y breve... 
    3. "Crimen y castigo" de F. Dostoievsky. Lo que pasa por la mente de uno que va de superhombre: Crítica durísima a Nietzsche...
  6.  F.J. Sheed, "Sociedad y sensatez". Es un ensayo super inteligible y llano que toca todos los temas interesantes.
  7. Homero. "La Odisea": Aventurillas del primer modelo ético de occidente: el ingenio por encima de la fuerza. brutal. Must-read book
  8. Stefan Zweig, 
    1. "Momentos estelares de la humanidad": microrelatos de grandes histos de la humanidad, descritos de modo impresionante. 
    2. "Fouché", biografía del más pérfido de los políticos franceses de la época revolucionaria.
    3. "Magallanes", biografía del que estuvo a punto de dar la vuelta al mundo... Es una metáfora de la vocación. Brutal....
  9. L. Tolstoi, "Anna Karénina", un tocho -que quieres que no acabe- sobre la falsedad de la belleza corporal sin más. Una mujer que acaba fatal-fatal. Y un hombre excelente que valora el trabajo en su medida. Un libro sobre antropología como una catedral. Must-read. Con calma. Eso sí.
  10. Shakespeare. 
    1. "Ricardo III", sobre la ambición. Brutal. 
    2. "El rey Lear", el cuento de las tres hijas llevado al extremo: la ambición y el amor a la familia. Excelentísimo. Algo complicado. 
    3. "Otelo", los celos desenfrenados y el excesivo afán de control que nos llevan al huerto. 
    4. "Macbeth", la ambición en forma de mujer que lleva a mal puerto a su marido. 
    5. "Romeo y Julieta", sobre el amor y la templanza. 
    6. Y, en general, todo Shakespeare: "La tempestad", "Coriolano", "Antonio y Cleopatra".... Maestro total, el gran Shakespeare.... 



Comentarios

Juan ha dicho que…
Mil gracias! Echo de menos este blog, ánimo con ello.
Juan