¿Celebrar o no celebrar la Inmaculada Concepción?

Ayer celebraba la Iglesia la fiesta de la Inmaculada Concepción. 
En España es fiesta laborable. 
He leído un artículo que aboga por dejar de celebrarlo porque, como la Constitución dice en su artículo 16 (no el 15, como dice El País: un lapsus comprensible el 5 y el 6 están al lado en el teclado): "ninguna confesión tendrá carácter estatal". 
Y de ahí se deduce que no deberíamos celebrar esta fiesta, con escaso arraigo popular, según el articulista. Lo cierto es que después reconoce que hay fiestas cristianas que están permeando el calendario y que celebramos: Reyes, Navidad, etc. Son culturalmente aceptadas por haber arraigado ya claramente en la sociedad. 


Lo que pasa es... varias cosas. 

Primera, que las fiestas estatales en 2021 son estas. Y tienen mucho de cristiano. 
  •     1 de enero (viernes): Año Nuevo. La tradición de celebrarlo el 1 de enero se estableció en 1582 para todos los países católicos por el papa Gregorio XIII y se ha convertido en sinónimo de renacimiento.
  •     2 de abril: Viernes Santo, día de la muerte de Jesucristo. 
  •     1 de mayo (sábado): Fiesta del Trabajo. Desde el s.XIX. En la Iglesia, san José Obrero, desde 1955. 
  •     12 de octubre (martes): Fiesta Nacional de España, la Virgen del Pilar, que animó a Santiago a no desanimarse con los tercos y brutos hispanos en su evangelización. Así somos. 
  •     1 de noviembre (lunes): Día de Todos los Santos. No hace falta comentar. 
  •     6 de diciembre (lunes): Día de la Constitución. 
  •     8 de diciembre (miércoles): Inmaculada Concepción, que de esto hablamos. 
  •     25 de diciembre (sábado): Navidad, que significa -del latin "nativitas"- Nacimiento... de Jesucristo. 

Segunda, que el artículo 16 dice más cosas. Vamos a copiarlo de aquí:
1. Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley.
2. Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias.
3. Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.
No sé, entonces, por qué no se queja del domingo como festivo. Eso es más bien cristiano. 
Bien claro lo dice la Wikipedia, porque bien claro está hasta en su etimología (como se puede ver en la RAE):
"El domingo (en la mayoría de los países del mundo y para las Iglesias Cristianas, ya que es el Día de la Resurrección de Jesucristo)."

¿Y qué?
Que quizás deberíamos tener tres cosas en cuenta. 
La primera, que podríamos buscar otro motivo: día del descanso y ya. Yo prefiero celebrar lo que ya celebro, y he de mejorar mi manera de acordarme del porqué. El articulista habla de instaurar fiestas para celebrar hitos científicos, etc. Si nos ponemos profundos, diríamos (evitando bastantes párrafos de argumentación) que también a Dios debemos la ciencia: como mínimo, porque de lo divino se ha hecho depender el orden que rige el universo, y parte del cual conoce el corpus científico actual. Dicho de otro modo: los científicos investigan fiados de que hay un cierto orden comprensible.
La segunda, que España (y otros sitios) es culturalmente católica, aunque no tengamos muchos ya ni idea. Si con las fiestas no ha bastado, servirá pararse a ver los nombres de las calles, o el modo de despedirnos: "adiós". Es este un tema muy serio como para despacharlo en tres líenas. Lo siento. 
La tercera, que la fiesta de la Inmaculada tiene que ver con la fiesta que celebramos cada domingo: la resurrección de Jesús. Porque si resucitó es porque murió, y si murió es porque vivió, porque nació, y nació de una Madre, que para serlo, convenía que fuera lo más perfecta posible: Inmaculada, sin mancha.  Ahí está dicho muy rápidamente. La teología tardó años. El pueblo llano, unos cuantos siglos menos. 

Y ahora entra en juego la mejor parte: Lourdes y su santuario y el porqué de todo. Porque, en efecto, en Lourdes se apareció la Virgen llamándose a sí misma con ese nombre: Inmaculada Concepción. Y lo hizo solo 3 años después de que Pío IX aprobara el dogma que definía así a la Virgen. Copio de Wikipedia:

Ante la reiterada petición de Bernardette de que revelara su nombre, el 25 de marzo de 1858 (en su decimosexta aparición) la Señora le dijo : "Que soy era Immaculada Councepciou" ("Yo soy la Inmaculada Concepción").​ El dogma católico de la Inmaculada Concepción de la Virgen María había sido solemnemente proclamado el 8 de diciembre de 1854, tres años antes. La expresión resultaba ajena al vocabulario de Bernadette y, en principio, fue motivo de desconcierto, tanto en el propio Padre Peyramale -párroco de Lourdes- como en otras autoridades eclesiásticas y civiles. Sin embargo, Bernadette Soubirous mantuvo una consistente actitud de calma durante todos los incisivos interrogatorios que se le hicieron, sin cambiar su historia ni su actitud, ni pretender tener un conocimiento más allá de lo dicho respecto de las visiones descritas.

¿Y si fuera todo un montaje? 
Bueno, ahí entran los milagros de Lourdes. Milagros, esa palabra que genera urticaria. He leído dos coads al respecto. La wikipedia y un artículo-entrevista muy interesante al respecto a uno de los expertos que certifica cuándo algo es improbabilísimo científicamente hablando y puede ser llamado milagro. En inglés. Conclusión: la Iglesia es muy prudente siempre ("lenta" es otra manera de calificarla, pero es solo la molesta consecuencia tantas veces para quien tiene prisa). Prefiere a veces no llamar milagro a cosas que tal vez lo sean que pasarse de ancha. Para más datos, leer. Añado aquí algunos de los requisitos que se tienen en cuenta para que una curación sea llamada milagrosa:
    Que la dolencia sea incurable, desde un punto de vista científico.
    Que se haya puesto de manifiesto la total ineficacia de los medicamentos o protocolos empleados en su tratamiento.
    Que la curación haya sobrevenido de forma súbita y no gradual.
    Que la curación haya sido absoluta, con efectos duraderos, y no solamente una remisión.
    Que la curación no sea el resultado de una interpretación derivada del estado psíquico de la persona.

Dicho todo esto, lo cierto es que podríamos dejar de celebrar todo lo cristiano y hacer una nueva sociedad. Hay varias maneras. Una muy mala: la que intentó ya la revolución francesa. Y se hizo por las bravas. Me estoy leyendo ahora un señor libro: "Una familia de bandidos en 1793". "Bandidos": así llamaban a los que no querían someterse a la constitución antireligiosa. (Todo muy libre. Y muy en contra del artículo 16). Y los aplastaron. Se habla de genocidio o populicidio. Aquí se explica. 

En resumen: tengamos la fiesta en paz. Y, es otra opción ya dicha, volvamos a aprender el porqué de las fiestas, aque así las celebraremos mucho mejor. 



Comentarios

Unknown ha dicho que…
De hecho el concepto semana también es cristiano (y que el domingo sea festivo como comentas)