Divorcio y perros

Ayer me empecé un librito de Chesterton, formado de artículos. Se llama "La superstición del divorcio". Una maravilla. Para mi personalísimo gusto, por lo menos. 
De cada tres frases, subrayaría dos.
Sé que me he saltado alguna muy buena, pero me quedo -y os dejo- por ahora, con esta:

"Cuando los reformistas proponen, por ejemplo, que el divorcio sea obtenible tras una ausencia de tres años (la ausencia prevista en las primeras normativas militares de la última guerra europea) sus lectores y afines no son capaces de defender con lógica que el período sea de tres años, y no de tres meses o tres minutos. Es como decir, "Póngame tres metros de perro", sin importarnos dónde hay que cortar. Estas personas no ven al perro como entidad orgánica; no le ven ni pies ni cabeza. Y lo mis puede decirse de los reformistas del matrimonio: no le ven ni pies ni cabeza. No saben qué es, ni qué tendría que ser, ni qué suponen sus partidarios que sea; nunca lo miran, ni siquiera cuando están dentro. "

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